Sexto Dan
Me preguntáis por el sexto Dan.
¿Qué os puedo decir que no sepáis ya?
Todos sabéis lo que cuesta un Dan: sacrificio, Voluntad, Armonía, exquisitez, Humildad y Amor.
Y todos sabéis lo que es entregar un Dan: Respeto, Justicia, Honor, Perdón y Amor. Bien, tanto en el Dan como en el entregar, aparecen dos palabras iguales que es una sola y podría abarcar todo lo expuesto, Amor.
Bueno, pues el sexto Dan es eso y solamente eso, Amor.¿Quién Ama y quién no Ama? Reflexionad antes de contestaros, porque el compromiso es tanto mayor cuanto mayor es vuestra capacidad de Dan.
El Amor engloba el Dar y el Entregar, puesto que no son más que dos términos con un mismo Fin.
Fijaos, la luz sigue existiendo, en una palabra, la Luz Es, a pesar de la sombra y a consecuencia de la sombra.
Vosotros Sois y habréis de Ser, y Ser fieles a los principios que os trazasteis en el primer momento de Ser.
La responsabilidad viene dada por el Compromiso, y éste, dirigido por el Amor. No os equivoquéis, no es lo mismo Amor que ambición.
La ambición ciega y traspone aquello que no hay que trasponer. La ambición pide y el pedir no es merecer.
La ambición lucha y la lucha no es Paz.
La ambición es individual y egoísta, el egoísmo os descartará de todo progreso, de toda Integración, y vosotros queréis Integraros en la Unidad del Ser.
La ambición no olvida ni perdona y vosotros debéis estar por encima del olvido y del perdón puesto que no hay mal, no hay daño para quien Perdona, para quien Ama, para quien acepta con Humildad y busca el significado en su ser.
Queréis saber que es un sexto dan. Es un cinturón blanco esperando en el Ser del Amor. Y Blanco de Pureza; Blanco de aprender, ansias de aprender; Blanco de Luz.
No os engañéis, ¿Quién de vosotros es capaz, de verdad, de ponerse una cinta blanca y pasar a clase con uno de sus alumnos blancos para aprender de Él?
Aprended enseñando y enseñad aprendiendo, porque de vosotros depende una parte de la Fuerza Blanca del Ser en el Hombre.
Transmitir Armonía dentro y fuera del Tatami y el Respeto no es un Dan, sino el Ser. Por lo tanto, Sed en todas y cada una de vuestras acciones, de vuestros pensamientos, de vuestras palabras.
No dudo que para llegar a donde habéis llegado, hace falta algo más que palabras, algo más que figura. Pero ya no sois niños, sino hombres y como hombres queréis conocer la responsabilidad del hombre.
La misma Ilusión, la misma Voluntad, el mismo Tesón, la misma Fuerza y el mismo Amor que el primer día habéis de demostrar en vosotros y para el resto, porque no es un Fin sino un Paso y un paso no es estático, sino que permite seguir avanzando.
El Movimiento no cesa ni termina, sólo cambia. Esto es parte integrante de la Naturaleza. Vosotros lo habéis sentido en vuestro fluir en este Arte. Cada acción da paso a la siguiente como consecuencia natural y lógica. Es así en la Vida y en el Ser.
Cogéis fuego que abrasa y tan sólo si estáis preparados para aguantar podréis transmitir la llama tal cual es, pura y cambiante, viva y que de Luz. Sed portadores de la Luz en el Ser y pulid, sacad Luz de quienes no la encuentren.
Quien sienta esto, quien crea en esto, está por encima de los danes y de los cinturones. Por lo tanto el sexto dan será igual que el blanco e igual que el décimo porque el Amor no tiene grados ni la Humildad sabe de prestigios.
El Perdón no conoce malicias ni recelos y la Pureza no entiende de manchas.
Sed Fieles y alegraos en Él. Sed Uno en el Ser.
Sentid la Respuesta dentro de vosotros y Sed Amor en ella.
Sea por Siempre y en todo lugar.
Autor: Antonio Oliva Seba
Obra: Combate Supremo
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