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Karate do nisente nashi – En Karate do no hay primer ataque

Alumno: Francisco Otero Dieguez

Tutor – profesor: José Ramón Álvarez Ruiz-Huidobro

El Entrego, Asturias, 25 de Marzo de 2011

“Tres cosas hacen a los hombres discretos: Letras, edad y camino” (Miguel de Cervantes)

El karate empieza con “REI” y termina con “REI”, ¡OSS!

A través del tiempo he aprendido de mi mismo pero a la vez aprendí de ustedes, de todas sus necesidades y dificultades. El karate ha logrado cambiarme, quien soy yo para juzgar, pido disculpas por el atrevimiento, el karate me ha corregido, me ha hecho fuerte, haciéndome entender que los errores se pagan con sudor (lagrimas, dolor…). El karate es un arte y ahora que lo práctico es mi vida.

El karate es poderoso en letras porque posee maravillas literarias; se muestra sabio en edad porque su contenido es de una densidad inexpugnable; es experimentado en el camino porque su antigüedad contiene una experiencia muy honda, de muchas generaciones.

El karate se muestra como discreción radical con el ser humano: nunca fuerza y siempre respeta, no impone y siempre invita. Todo un código de interpretación. Estamos llamados a hacernos discretos en letras, en edad y en camino para poder, así, comprender de verdad el karate, que es bello, sabio y experiencial. Si el hombre no es capaz de procurarse una vida discreta, prudente, sensata, se le hará muy difícil comprenderlo.

Para lograrlo es necesaria una práctica diaria, hasta hacerlo una misma cosa con nosotros mismos y ser, así, transmisores del arte entre las gentes de nuestro tiempo histórico.

Al sensei Carlos Llamazares con quien inicie el camino.

Al sensei J. Antonio Prada que me suscito inquietud por la eficiencia (karate-defensa personal).

Al sensei José Puente que implantó la amistad altruista, ilusión y esfuerzo a través del kumite.

Al sensei Nicolás por su humor, técnica y apoyo desinteresado e incondicional.

Al sensei Modesto Santalla por desarrollar la autoconfianza en los conocimientos adquiridos.

Al sensei Ángel García Peral que me hizo comprender la rectitud, disciplina del arte y el espíritu, kime “ikken hissatsu”, que sin él todo es como el cauce de un rio sin agua.

Al sensei José Ramón Álvarez Ruiz Huidobro que me acogió como a un hijo, compartiendo sus conocimientos, su metodología del karate-do, yendo más allá, enseñándome algo que no se ve “las raíces”, pues se dice que la técnica es muy importante, como el tronco de un árbol, las ramas serian el kumite, pero si no se tienen unas buenas raíces, el árbol morirá, esto es “DO”.

A mis alumnos de los que aprendí: quien ríe, se divierte y juega crece. Quien crece está llamado a ser una persona despierta, consciente y feliz. Que la vida tiene sentido si se hace con pasión aquello a lo que se tiene inclinación.

A todos los que han contribuido en mi aprendizaje y conocimientos (esposa Mª Sol, hijos Dori y Darío, padres de alumnos, amigos y senseis de seminarios) mi máxima gratitud, arigato gozaimashita, muchísimas gracias, pues como dice el sensei Funakosi: “aquello que aprendas de haberlo oído a otros lo olvidaras fácilmente, lo que aprendas con tu cuerpo lo recordaras toda tu vida” y pediría por favor, a todos, ayúdenme “onei shimaso” para alcanzar ser mejor persona, útil a los demás y discernir, como diría Socrates: “solo es útil el conocimiento que nos hace mejores”.

“No hay un camino para vuestra vida, vosotros mismos sois el camino”, DO (el camino).

Un saludo a todos. ¡OSS!

Francisco Otero Diéguez

Puede descargar la tesina completa en el siguiente enlace.