© Foto de Thao LEE en Unsplash
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Sería difícil determinar o justificar la práctica de una arte marcial como el Karate-do o muy fácil según para que personas, en función del tipo de motivación que a cada uno le halla llevado a iniciarse en este tipo de disciplina. Éstas pueden ser diferentes en función de la edad o de la personalidad de cada individuo, que sobre todo busca satisfacer unas necesidades concretas.

Mi caso concreto se remonta a la edad de 17 años, cuando estudiaba bachiller y era un chico bastante «enclenque», tenía bastantes dificultades en las clases de gimnasia, pues otros chicos de mi misma edad me superaban en fuerza y envergadura, lo cual me acomplejaba bastante. Un buen día y por medio de un amigo mío, Antonio Gil Morán que ya practicaba Karate me dio por ir a ver unas clases y la impresión recibida fue muy buena con lo que decidí apuntarme a las clases. A partir de ese momento y al paso de los años mi cuerpo fue experimentando un cambio al mismo tiempo que mi mentalidad, me sentía más fuerte, más ágil, más veloz, en definitiva dentro de la inseguridad innata en el ser humano me sentía más seguro.

¿Quien me iba a decir a mi la primera vez que me puse un Karategui (uniforme de Karate) que en un futuro iría a dedicarme profesionalmente a la enseñanza?

Con la práctica del Karate he mejorado cualidades como: seguridad, serenidad, paciencia, perseverancia, amabilidad, entre otros.

Además con el paso del tiempo como profesor y como practicante he tenido la ocasión de conocer a otras muchas personas con inquietudes similares a las mías.

Pero esto no deja de ser el resumen de mi experiencia personal, por lo que a continuación paso e exponer de una forma más estructurada y científica que beneficios puede aportar el Karate-do.

Beneficios que aporta la práctica del karate-do

Función anatómico-funcional:

Mediante el movimiento, el karateka aumenta y mejora la propia capacidad para el mismo (habilidad, posibilidades y nuevas formas de movimiento, etc).

Función higiénica y de compensación:

A través del kihon-kata y kumite, el karateka puede mejorar su estado físico y de su salud, prevenir cierto tipo de enfermedades (activación del sistema respiratorio, cardiovascular, muscular y óseo). Asimismo compensar la falta de movilidad que ocasione la vida sedentaria y la falta de espacios, causa de patologías y descompensaciones.

Función catártica:

A partir del karate, el individuo se libera de tensiones y restablece su equilibrio psíquico. Es también un medio eficaz de ocupar el tiempo de ocio.

Función hedonista:

El karate en sí mismo, como actividad física y técnica constituye una fuente de satisfacción. Además, mediante ella puede incidir sobre su propio cuerpo con miras a sentirse más identificado con la propia imagen.

Función educativa:

El desarrollo infantil puede verse favorecido tanto a nivel físico (psicomotricidad) como a nivel social (adquisición de valores).

Función utilitaria:

A través del karate-do el individuo adquiere unos conocimientos y una confianza en sus recursos que le han de servir como medio eficaz de autodefensa en situaciones irreversibles así como de vehículo de autocontrol físico y emocional.

Función agonística:

El karate facilita que el individuo puede demostrar su destreza, competir y superar dificultades como medio para afianzar su autoconcepto y de comprobar sus límite, consiguiendo a través de la autosuperación la autorealización.

Función de relación:

El karateca puede utilizar la competición como vehículo de relación con otras personas y lugares. En un primer momento (infancia), a través del juego y, posteriormente, a través de actividades deportivas, recreativas, etc.

Función de autoconocimiento:

Entendiendo los movimientos de karate como un instrumento cognitivo del karateka, tanto para conocerse a sí mismo y por extensión a los demás.

Función de autorealización:

A través del karate, encontrar en el desarrollo de aquellas actitudes que le son características, una forma de vida que le guíe en el camino hacia su autorealización.

Objetivos generales del karate

FISICOS – TAI

El karate se basa fundamentalmente y desde el punto de vista técnico en el movimiento, más concretamente en el control del mismo. Kihon, kata y kumite lo utilizan como vehículo a través del cual conseguir sus objetivos.

Aptitudes para la acción

Logrando el desarrollo de las capacidades físicas y habilidades capacitando al individuo para la tareas habituales de la vida, así como para la autodefensa.

Cuerpo sano y equilibrado

Logrando un valor higiénico del Karate, contrarrestando el deterioro que de la persona hace la sociedad actual (colesterol, estrés, sedentarismo, ansiedad, hipertensión, etc).

  • Regulación de factores del ejercicio – Volumen, frecuencia, intensidad, recuperación
  • Mejora de los distintos sistemas: Ósteo-Muscular-Articular, Cardio-Circulatorio-Respiratorio, Nervioso-Central y Periférico
  • Conocimiento del cuerpo: Aumentar la competencia motora valorando las propias posibilidades y limitaciones con respecto a los demás y a nosotros mismos, mostrando interés por repetir los movimientos para corregirlos y superar dichos límites. Aumento de las posibilidades (respecto de uno mismo y de los demás) y disminución de las limitaciones (respecto de uno mismo y de los demás).

TÉCNICOS – GI

A través de los distintos niveles por los que avanzamos en el aprendizaje:

  • Conocimiento: Tenemos que ver, o alguien nos deberá demostrar la técnicas a aprender.
  • Comprensión: Entendiendo, a través de la explicación y mediante el análisis y síntesis de los conocido.
  • Realización: Mediante el entreno, capacitar al cuerpo para la ejecución de lo comprendido. Desarrollando los fundamentos técnicos o puntos importantes en la ejecución de los distintos movimientos y técnicas de karate-do.
  • Aplicación: Siendo capaces de transferir lo aprendido a las distintas situaciones reales. Mediante el entreno por parejas y en kumite.
  • Expresión: A través de la vivencia, interiorizando las distintas sensaciones que van asociadas a cada movimiento.

El último objetivo técnico en el karate es la consecución del kime-waza, es decir, la consecución de la técnica que permita la realización del golpe definitivo, expresado en la frase «hikken hisatsu» matar de un solo golpe.

A diferencia de otras artes marciales, que basan su eficacia en la realización de gran número de golpes, la suma de los cuales, logra como resultado el fuera de combate del oponente (kempo), o aquellos otros en los que la eficacia queda limitada casi exclusivamente a la precisión, haciendo un trabajo exhaustivo sobre los puntos vitales (algunos estilos de kungfu).

El karate se muestra como un arte marcial en el que los principios técnicos están basados en la derrota del adversario tras un único y contundente ataque.

Considerando que las situaciones de combate impiden lograr alcanzar el objetivo de una manera directa, se pretende que la violencia del golpe, haga llegar sus efectos hasta los órganos débiles del adversario, afectando de esta manera a su entereza.

Como ya dijera Lao Tzu «Un combatiente experimentado se limita a descargar un golpe certero, no insiste en su ataque para que quede clara su maestría. Lanzará un golpe y se guardará de presumir de su éxito. Golpea por necesidad y no por deseo de sentirse superior».

MENTALES – SHIN

Valores morales y éticos

Los cuales se adquieren a través de la práctica constante y de actividades deportivas y competitivas; fomentando actitudes como disciplina, voluntad de esfuerzo, espíritu de sacrificio, respeto a las norma y al adversario, canalización de la violencia, autoestima y autoconfianza, compañerismo, tolerancia, humildad, paciencia, etc. Siendo la finalidad última el desarrollo del Shumon-no-gyo (Estilo de vida) el cual debiera dirigir nuestras acciones, no sólo dentro del Dojo sino tener la capacidad de transferirlas a la vida cotidiana.

Actitud mental adecuada

En cada momento, problema o situación, entrenarnos para que, con la actitud correcta, poder reaccionar de la forma que nos resulte más convenientes y beneficiosa.

El ideal de todas aquellas artes marciales relacionadas de una u otra forma con el Zen es el de:

  • Mushin – no – kokoro (Espíritu puro y libre) – Mente receptiva, disponible y libre de intenciones predeterminadas. El cual llega a manifestarse después del entreno en:
    – Mizu – no – kokoro (Espíritu como el agua tranquila) – La mente tranquila como la superficie de un lago que refleja claramente todo lo que le rodea sin énfasis en nada en particular.
    – Tsuki – no – kokoro (Espíritu tranquilo como la luna) – La actitud desapasionada hacia cualquier cosa, como la luna cuando brilla imparcialmente sobre todas las cosas siendo por tanto consciente de todo el paisaje en general y de los detalles.
  • Zanshin (Espíritu alerta) – Conservando la concentración más allá del fin de la realización.
  • Kimé (Espíritu de decisión) – Decisión física al realizar una acción y psíquica de voluntad por conseguirla. Logrando con el entreno aumentar los niveles de comunicación no verbal a través del I shin – de – shin – Comunicación no verbal. De espíritu a espíritu.

Conocimiento de sí mismo

Profundizando en el autoconocimiento a través de la valoración de nuestras propias posibilidades y limitaciones con respecto a los demás y a nosotros mismo, mejorando con ello nuestro auto concepto, la autoestima y el autocontrol lo que nos conducirá hacia la autorrealización.

Autor: José Ramón Álvarez Ruiz-Huidobro